Lo complicado de esta labor fue el desmantelamiento paso a paso de una zona aeroportuaria incendiada, pasando desapercibida, sin interrumpir el tráfico aéreo de la terminal 3 de un aeropuerto internacional, evitando difundir los contaminantes derivados del incendio en espacios limitados con escaso margen de maniobra y con una planificación y aviso de obra de tan solo dos horas. La intervención la planificó nuestro equipo en colaboración con los clientes, para la cual fue necesario el uso de robots con asistencia remota a través de vídeo. En un mes y medio, todo volvió a la normalidad. El proyecto fue finalista de los ‘World Demolition Awards’ del 2016.