El muelle del puerto de Mestre se encontraba apoyado en una malla de mamparos y refuerzos de cemento armado a 13 metros bajo el nivel del mar. Nuestra labor era identificar la posición correcta de los mamparos para poder seccionarlos y después trasladarlos a tierra firme. Despe empleó un sofisticado sistema S.O.N.A.R. que recreaba en la pantalla del operador un modelo tridimensional de los mamparos gracias al cual se pudo guiar con precisión a un robot que realizaba los cortes de diamante.